La muerte de una persona joven nos duele, especialmente si además es de forma repentina; el dolor es aún mayor. En España se producen 30.000 muertes súbitas al año, la mayoría en adultos pero, aunque su incidencia es baja, también se da en jóvenes, de hecho 100 de ellas son de niños en edad escolar.
En la mayoría de estos casos, los pacientes tienen patologías cardíacas previas que desconocen porque el 80% no muestra síntomas. Es vital, por tanto, hacerse revisiones cardiovasculares para prevenirlas.
Hay que intentar prevenir pero en caso de que ocurra, como siempre, hay que actuar con rapidez. El único tratamiento eficaz frente a la muerte súbita es la desfibrilación.
El desfibrilador semiautomático te permite actuar en los 5 primeros minutos que son vitales para salvar el corazón y también el cerebro. Diseñado con una interfaz amigable para ser utilizado por aquellas personas que no tienen experiencia médica alguna y se encuentran en medio de una emergencia cardíaca.
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